Mientras se discute a nivel país si el paro fue un éxito o no, en Arrecifes no hay lugar a dudas: fue un fracaso rotundo.
Más del 90 por ciento de los arrecifeños trabajaron con normalidad este jueves 10 de abril: comercios, bancos, dependencias municipales, oficinas públicas provinciales y nacionales, fábricas textiles y de otros rubros, supermercados, profesionales, restaurantes, bares… Todo funcionó como un día más.
El paro se sintió en el transporte y por unas horas en las estaciones de servicios, pero no porque los trabajadores quisieran adherirse a la huelga sino por fuertes presiones de los sindicatos.
En el ámbito docente también se sintió, pero no totalmente. Convocó la FEB, uno de los dos gremios educativos de Arrecifes, paradójicamente con el impulso de sus referentes, los que ganan cerca de 20.000 pesos mensuales. Aunque muchos maestros y profesores fueron a trabajar.
Nuestra ciudad es un caso testigo de que en los lugares donde la gente no necesitaba transporte público para ir a trabajar, pudieron transitar libremente por las calles y no recibieron presiones, la enorme mayoría de los trabajadores no adhirió a la huelga, pese al disconformismo de muchos con la inseguridad y la inflación, entre otros aspectos.