Pasarán del 30 al 33 por ciento para los grandes productores, mientras que los medianos continuarán pagando el 30 y a los pequeños se les reducirá la carga impositiva. “El Tesoro Nacional no se queda con un peso. Irá a las economías regionales”, aseguraron.
El Gobierno nacional confirmó que aumentará las retenciones a la soja, que pasarán del 30 al 33 por ciento, pero sólo para los grandes exportadores. El anuncio fue transmitido hoy por el ministro de Agricultura de la Nación, Luis Basterra, durante la reunión que mantuvo con los dirigentes de la Mesa de Enlace.
Se trata del segundo incremento que implementa el gobierno de Alberto Fernández sobre la exportación de soja. Cabe recordar que el primer aumento elevó el impuesto del 24,5 al 30 por ciento. En aquel entonces, el oficialismo lo denominó “actualización”, producto de una reconfiguración en el esquema impositivo por la devaluación del peso durante el último tramo de la gestión de Mauricio Macri.
El Ministro recibió esta mañana a los titulares de las cuatro entidades agropecuarias que conforman la Mesa de Enlace. Allí estuvieron el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, el de la Federación Agraria, Carlos Achetoni, el titular de Coninagro, Carlos Iannizzotto, y el presidente de las Confederaciones Rurales Argentina, Jorge Chemes.
Según informaron desde el Gobierno, sólo pagarán el 33% aquellos productores que exporten más de mil toneladas anuales. De esta forma, el aumento de las retenciones a la soja estará segmentado: los productores medianos continuarán pagando el 30% y los productores chicos –hasta 500 toneladas anuales– “pagarán menos”, informaron.
Los grandes productores que superan las mil toneladas al año “representan el 26% del total de los productores de soja de la Argentina”, detallaron, y se estima que facturan más de 15 millones de pesos al año.
Pese a los trascendidos acerca de que la intención del Gobierno era meter mano en uno de los pocos sectores que produce dólares en la economía argentina, fuentes oficiales lo desmintieron y aseguraron que “el Tesoro Nacional no se queda con un peso para gastos generales” sino que “todo va a las economías regionales y pequeños productores”.
Por otro lado, quedaron sin tocar las retenciones de maíz, trigo, sorgo, carne bovina, leche, frutilla, limones, manzana, uva, algodón, hortalizas, papas, tomates, lechuga y vino, que pagarán un 5%. Además, se reducirán las retenciones a las legumbres, girasol, arroz, maní, porcino, ovino, embutidos, harina y aceite de maíz.
Gobierno y entidades agropecuarias acordaron continuar con una mesa de revisión y diálogo para hallar “mecanismos equitativos y de imposición”. Por último, en el oficialismo aseguraron que “la recaudación es neutra” porque “la plata vuelve al campo” con el objetivo de alcanzar “mayor equidad social y mayor equidad territorial”.