“Lo peor ya pasó”, repitió varias veces el presidente Macri, pero la realidad indica que día a día estamos peor. La economía argentina se sigue descontrolando y mientras los grandes sectores financieros continúan haciendo grandes negocios con la especulación, la gente común se está arruinando, perdiendo poder adquisitivo y muchos hasta sin poder comprar comida todo el mes.
Pasado el mediodía de hoy el dólar ya se vendía a $ 31. Y como el mejor equipo de los últimos 50 años no puede controlarlo, pese a seguir pidiendo préstamos al FMI, en las próximas horas se restringiría la venta de dólares (el famoso cepo que tanto criticaron del kirchnerismo).
Simultáneamente, el Gobierno llevó las tasas de interés al 45% anual y anunció que no las bajará al menos hasta octubre. Esto frena las inversiones, porque es casi imposible pedir un préstamo con esas tasas, y detiene la cadena de producción.
Mientras tanto, de la mano de esto, los precios de todos los productos siguen siendo remarcados. Nadie se quiere fundir.
Por otra parte, en Arrecifes la gente está espantada con las facturas de gas que están llegando, que en la mayor parte de los casos (vecinos residenciales), van desde 3.000 a 8.000 pesos.
Se sigue yendo todo al carajo. Lamentablemente.