Porque llueve o porque no llueve, porque hay fiestas o porque no hay fiestas, porque hay cancha o no hay cancha, por la policía o no la polícía… Lo cierto es que el partido entre Almirante Brown y Santa Lina, correspondiente a la séptima fecha del Clausura de fútbol de primera división, se suspendió por cuarta vez consecutiva.
Este torneo de la Liga de Fútbol de Arrecifes ya no es serio. Tiene más polémicas y juego, idas y vueltas que lo hacen interminable, jugadores a los que se les quita las ganas de entrenar porque no saben cuándo juegan, entre lo poco que juegan.
Ya no importa para cuándo se programó por quinta vez este partido que nunca se juega, porque ya nadie cree que esa programación se cumpla.
La Mesa Directiva de la Liga, está visto, no resuelve nada. No sabemos quién, pero otros resuelven por ellos.
El fútbol arrecifeño está en crisis. El público va cada vez menos a las canchas y la (des)organización lleva a eso. El esfuerzo de los dirigentes es enorme para juntar el dinero sólo para poder presentarse; a los clubes no les queda nada, sólo gastos y pérdidas. Si “salen hechos”, festejan.
Y en medio de todo esto, la Liga corre serio riesgo de perder su afiliación al Consejo Federal de Fútbol por no tener personería jurídica. Y quizás, el año próximo, tampoco los diez clubes mínimos exigidos para jugar un torneo oficial. ¿Hasta cuándo se puede seguir así?