La pérdida del poder adquisitivo de los salarios por el salto de la inflación en los últimos años hizo que se necesiten cada vez más ingresos para disfrutar del plato más tradicional y querido por los argentinos. Un trabajador formalizado puede comprar con su sueldo 50 kilos menos de asado que en 2019.
La información surge de un análisis de la evolución de los ingresos laborales en los últimos años electorales realizado por la consultora Equilibra. Allí relevaron la dinámica de los salarios formales, informales y de cuentapropistas de las últimas seis elecciones en comparación con su capacidad de compra del corte vacuno según los valores del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) y el dólar financiero.
El trabajo muestra que en el tercer trimestre la Remuneración Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), es decir registrados en relación de dependencia, fue de $348.550 en promedio. Ese ingreso alcanzaba para 142 kilogramos de asado, una fuerte pérdida respecto a los 192 kilogramos de 2019.
La comparación se realiza descontando el efecto inflacionario. De hecho, a precios actuales, el Ripte era de $470.165 en el mismo lapso de 2015. Si se amplía la mirada, en 2017 ese salario alcanzaba para adquirir 196 kilogramos; en 2015, 189 kilogramos; en 2013, 204 kilogramos y 160 kilogramos en 2011. Es una forma de observar el deterioro que generó en los últimos doce años la inflación en los bolsillos de los argentinos.
En cuanto a los otros dos segmentos que relevó Equilibra, los trabajadores informales referenciados en el Salario Mínimo Vital y Móvil (Smvm) de $101.346 podían adquirir hasta estas elecciones 41 kilogramos de asado, una baja importante respecto a los 69 kilogramos de 2013. Al tipo de cambio financiero su ingreso representaba USD 155, un mínimo en el período analizado frente a un máximo de USD 461 en 2017. El Smvm llegó a ser, a precios actuales, de $158.204 en 2015.
Los cuentapropistas tampoco escaparon a la caída de la capacidad de compra de los últimos doce años. El informe de la consultora les asignó un ingreso de $128.382 durante el tercer trimestre de 2023, muy por debajo del pico $200.733 que había marcado en 2013. Justamente la capacidad de compra frente al asado fue de 52 kilogramos y de 88 kilogramos, respectivamente en cada año. Al tipo de cambio financiero, este segmento percibía USD 197, un desplome frente a los USD 607 de 2017.
La profundización de la pérdida del poder adquisitivo es la mayor deuda que dejará el Gobierno de Alberto Fernández. El jefe de research de la consultora Romano Group, Salvador Vitelli, detalló, en base a datos del Indec, que desde diciembre de 2019 el asado subió 1.076% mientras que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) general acumuló 814% durante el mandato de Fernández. “La suba fue de 188% desde que Massa es ministro de Economía”, añadió el economista.
El empeoramiento de los ingresos se da en el marco del estancamiento de la economía y alta inflación que lleva doce años. Ese proceso de “estanflación” se refleja en el empeoramiento de los indicadores socioeconómicos. La pobreza y la indigencia cerraron el primer semestre en 40,1% y 9,3%, respectivamente.
La Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) estimó que el semestre mayo-octubre de 2023, tras el impacto de la devaluación del lunes siguiente a las PASO, finalizó con el 42,9% de la población sin los ingresos necesarios para no ser considerado pobre. Hacia adelante los pronósticos no son alentadores.