El descontento y preocupación -dentro de la comprensión por la situación- del sector comercial de Arrecifes con nuestra Municipalidad se convirtió en hartazgo. Es que ya no pueden más con las restricciones horarias y ven como el resto de la ciudad se mueve a su antojo mientras ellos no pueden trabajar. Y a esa situación la hizo explotar este lunes la propia gestión del intendente Javier Olaeta cuando decidió salir sobre la marcha, antojadizamente, a hacer cerrar una hora antes a los negocios “porque era feriado”.
Fue así que en la mañana de hoy comerciantes de distintos rubros comenzaron a impulsar una concentración de protesta frente al Palacio Municipal para este miércoles a las 10:00. Las vías normales de reclamo habían sido agotadas sin respuesta alguna.
Ante esto, una vez más, la Municipalidad reaccionó de apuro y espasmódicamente. No para encontrar una solución seria y de fondo sino con el solo objetivo de evitar esa marcha.
Pasado el mediodía apuró un comunicado diciendo que a partir de hoy mismo los locales comerciales podrán funcionar todos los días hasta las 20:00, aclarando que incluso los fines de semana. Y agrega que “luego de esos horarios solo podrán continuar con sus actividades, farmacias de turno, remises y servicios de delivery”. Al tiempo que recuerda que “se mantiene la prohibición de utilización de los espacios públicos”.
SIGUEN LAS DUDAS
El anterior decreto anunciado por la Municipalidad de Arrecifes sobre el horario comercial (lunes a viernes hasta las 19:00 y sábados y domingos hasta las 18:00) tenía vigencia hasta el 15 de octubre. Por ello se esperaba que los cambios se anuncien para después de esa fecha, pero se decidieron hoy y desde hoy. Tampoco se sabe hasta cuándo y no se tuvo en cuenta (una vez más) al sector gastronómico.
¿Habrá un nuevo anuncio para después del jueves 15? ¿Será la semana que viene, como aseguran extraoficialmente algunas fuentes municipales? ¿Con esto de las 20:00 ya está, y hasta cuándo?
Todo muy desprolijo, muy poco serio, actuando en base a reacciones y no a reclamos justos ni a medidas estudiadas. Los comerciantes ya no saben cómo trabajar ni cómo organizarse, ni con cuánto personal. Y ni hablar del sector gastronómico, al que el gobierno municipal expone solapada e injuriosamente como el principal responsable de los contagios.