Daniel Evangelisti, el empleado municipal y bombero voluntario herido por un arma de fuego, habló esta mañana por RADIO UNO (107.1) desde su internación en el Hospital Municipal.
El hecho ocurrió en el mediodía del último sábado y desató muchas versiones que el mismo protagonista se encargó de aclarar: “Había llegado la noche anterior del campo y dejé la escopeta en el auto. Me dije ‘mañana la bajo’. El sábado a la mañana salí y al regresar a mi casa agarré el arma para bajarla; la tenía entre los dos asientos. Se ve que cuando la quise sacar se enganchó y se disparó. Los perdigones se introdujeron en mi abdomen y, aunque parezca gracioso, la verdad es que me salvó la grasa, la panza”.
“Yo estaba solo en mi casa porque mi esposa estaba trabajando. No me asusté. Tomé el handy de Bomberos Voluntarios y avisé a mis compañeros, que de inmediato se comunicaron con el Hospital Municipal. La ambulancia llegó rapidísimo. Debo agradecer a los ambulancieros, a los médicos, al cirujano que me operó y a todo el personal del Hospital porque fueron y son excelentes en mi atención. No tengo palabras para agradecerles”, agregó Evangelisti.
“Me operaron y lograron extraer todos los perdigones. Estoy bien, aún recuperándome y con los cuidados correspondientes, internado en una habitación común. He recibido visitas e innumerables mensajes y llamados, muestras de afecto que me sorprenden. La verdad es que no me imaginaba que había tanta gente que me quería, porque por mi trabajo de inspector municipal durante tantos años es mucha la gente que se ha molestado conmigo. Les agradezco a todos ellos también y les pido disculpas a los que no les pude responder los mensajes”, comentó.
Daniel cerró reflexionando: “Perdón por la palabra, pero ahora comprobé que es muy cierta la frase de que a las armas las carga el diablo y las descarga un boludo”.