La presidenta Cristina Fernández de Kirchner informó que a partir del 1 de septiembre los haberes brutos inferiores a los 15.000 pesos, de los trabajadores solteros o casados, quedarán exceptuados del pago del Impuesto a las Ganancias, cuyo costo fiscal será afrontado por el Estado y por el sector privado, a través de un gravamen del 15 por ciento a la renta de capital. El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, aclaró que no se gravarán ni los plazos fijos ni los títulos y acciones del Mercado de Capitales, “porque sería desalentar la inversión de los argentinos”.
La mandataria destacó que “trabajamos duramente y encontramos la vuelta para que queden excluidas la mayoría de las personas que trabajan en relación de dependencia y que el gravamen caiga sobre los que más ingresos tienen”. Tras el anuncio, el titular de la AFIP y el director de ANSES, Diego Bossio, brindaron detalles del proyecto.
En las próximas horas será firmado el decreto correspondiente para permitir que la medida se aplique a partir del 1 de septiembre, y luego será enviado al Congreso.
Con el nuevo mínimo no imponible, de 15 mil pesos brutos, sin distinción del estado civil, el 89 por ciento de los casi 9 millones de trabajadores registrados dejará de pagar el impuesto. Sólo el 10,2 por ciento de los trabajadores continuará pagando el Impuesto a las Ganancias. Tampoco pagarán el impuesto el 99,3 por ciento de los jubilados. El Estado afrontará el 50 por ciento del costo fiscal de la medida, que representará una merma de 2581 millones de pesos.
Los trabajadores que ganan entre 15.000 y 25 mil pesos se beneficiarán con un aumento del mínimo no imponible del 20 por ciento, que alcanza al 70 por ciento de quienes seguirán aportando Ganancias, lo cual significará un esfuerzo fiscal adicional de 1.317 millones de pesos.