Como todos sabemos, Arrecifes es una ciudad que cuenta con un único efector de salud, el Hospital Municipal “Santa Francisca”. Y hasta en épocas normales muchas veces hasta se encuentra sobreexigido.
En este contexto de pandemia, entonces, no es difícil advertir que “no nos sobra nada” en materia de salud. Y si bien se ha trabajado mucho para adecuarlo a las circunstancias, sigue siendo un hospital municipal, con sus lógicas limitaciones.
Por ello, que las autoridades políticas y sanitarias insistan tanto en la necesidad de cuidarnos del coronavirus, no es algo caprichoso. Y hasta quienes no son autoridades pero sí personal de salud, no se cansan de aconsejarnos sobre lo que todos ya sabemos pero no todos cumplimos.
Hasta el momento nuestra ciudad cuenta con camas suficientes. Y pese a que la cantidad de respiradores es escasa, afortunadamente aún no han sido requeridos en su totalidad. Pero el mayor problema es humano.
El equipo de salud encabezado por los doctores Carlos Mondino y Santiago Monina no descansa. Hisopados, tratamiento de contagiados, seguimiento de las rutas epidemiológicas de los casos positivos, de sus contactos estrechos y de los contactos con esos contactos; indicaciones de aislamiento atención de llamados de muchos de ellos, también de casos sospechosos, de gente que muestra algún síntoma y teme sufrir la enfermedad. Esto, y mucho más, aparte de las restantes tareas de salud diarias.
Enfermeros, médicos y personal que cumple otras tareas en el Hospital también son alcanzados por la pandemia, porque son los más expuestos. Hay algunos aislados, otros esperando resultados y hasta algún contagiado.
Por otra parte, el hecho de tener pacientes con coronavirus en el nuevo sector de Terapia Intensiva obliga a que se habilite también el antiguo. Pero no se consiguen más médicos para que cubran los turnos de 24 horas. Entonces, todo el esfuerzo que se está realizando no alcanza.
Sabiendo esto, ¿tenemos derecho los ciudadanos a agravar la situación siendo irresponsables? Todos podemos ser portadores de Covid y merecemos y vamos a recibir la atención médica correspondiente, pero si tenemos la desgracia de contagiarnos aún tomando las necesarias precauciones.
Nada nos da derecho a desentendernos, a arriesgarnos en salir a buscar el virus o a transmitirlo, faltándole el respeto no sólo a quienes nos rodean sino también a personal de salud que está haciendo tanto esfuerzo. Porque si el virus se sigue propagando vamos a llegar a un punto en que ya no alcancen los medicos, los enfermeros, las camas ni los respiradores. Y la responsabilidad será absolutamente nuestra, de los ciudadanos, no de las autoridades. Tomemos conciencia y hagámonos cargo.