Resulta llamativo leer en las redes sociales a gente del entorno del intendente de Arrecifes criticando el trabajo de la prensa local en la cobertura de la visita de Anibal Fernández para la inauguración del Pabellón de Pediatría del Hospital Municipal.
Resumiendo esos comentarios, la disconformidad y el enojo de ellos se basa en que opinan: “Le dieron más difusión a la visita de Anibal que a la gran obra que se hizo en el Hospital”.
Pese a la soberbia de creerse especialistas en periodismo y de darnos clase de cómo hacerlo, les contamos -humildemente- que están cayendo en varias contradicciones más, de las tantas que están caracterizando a ese grupo político últimamente. Quien trajo a Anibal Fernández para la inauguración de Pediatría no fuimos los periodistas. Lo trajeron ellos, como una importante figura del Gobierno (que auténticamente lo es, como Jefe de Gabinete) y pretenden que no le demos importancia.
Cometieron ellos el error de opacar una obra muy buena para toda la comunidad con una figura de semejante relevancia. No fuimos nosotros.
Pero lamentamos no tomar en cuenta sus críticas, porque los que nos indican cómo debemos hacer periodismo hoy son los mismos que antes de ayer nos decían que el kirchnerismo era lo mejor que nos había pasado a los argentinos y a los arrecifeños; ayer nos decían que era lo peor, que eran los más mentirosos y los causantes de todos nuestros males y hoy nos invitan a votar a Anibal Fernández con grandes carteles en la Plaza Mitre y en la Municipalidad, tiñendo de partidaria una inauguración que dicen “es para toda la comunidad”. Son ellos quienes hacen y dicen esto, no nosotros.
No podemos tener en cuenta sus duras recomendaciones porque el mismo intendente, hace apenas dos meses, en la inauguración del período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante dijo que el Pabellón de Pediatría se hacía con fondos municipales porque el Gobierno nacional no había cumplido, nos había mentido. Y ahora trajeron a un alto funcionario del Gobierno nacional para inaugurarlo.
Pese a lo que digan, no es cierto que se haya hecho con fondos municipales (está documentado en los papeles). Pero si así fuera, tampoco habría que agradecerlo porque los “fondos municipales” no serían ni más ni menos que nuestro dinero, el que aportamos en concepto de tasas. Y nos alegra que nuestro dinero se invierta en obras como ésta (repetimos: es muy bueno para el Hospital y para la comunidad) y no en pagar un multitudinario almuerzo para Francisco De Narváez y el entorno y amigos del Intendente, como se hizo hace muy poco en la campaña electoral dentro del Frente Renovador.
Los seguidores del Intendente, entre otras cosas, nos piden coherencia. Es probable que no la tengamos, pero sería prudente que dentro de tanta incoherencia y contradicciones en las que están cayendo, se permitan la humildad de no recomendarla a los demás.
Todas las posturas son respetables, aún los mezquinos intereses particulares que le han hecho perder a Arrecifes un año y medio sin gestión, pero si se meten con nuestro trabajo nos tomamos el atrevimiento de opinar del de ellos.
Sería saludable que cada cual asuma sus errores con autocrítica y responsabilidad. Equivocarse y echarle la culpa al otro, es un recurso viejo y poco fructífero. Lo mismo que subestimar a la gente queriendo venderle hoy una cosa, mañana otra y pasado otra, y pretendiendo que les crean a través de lo que escribe la prensa. La gente es más sabia que los políticos, que los periodistas y que cualquiera que piensa que puede influir sobre ella escribiendo en una red social. Digamos lo que digamos, no vamos a cambiar la opinión del pueblo, que es el que realmente la tiene clara en medio de todo este papelón.