Ya es conocida la movida solidaria que Marcos Di Palma y su esposa, Paula Etcheto, organizaron para ayudar a las víctimas de las inundaciones en Bahía Blanca. Con su camión y su casa rodante, el piloto inició este miércoles su travesía desde Arrecifes, recorriendo 730 kilómetros y parando en cada pueblo en las rutas 51 y 3 cargando donaciones de la gente.
Lo que genera Marcos, su popularidad y el cariño que le dispensan sus miles de admiradores provocó que su acción alcance una repercusión increíble. Ya en Arrecifes, en su partida, tenía más de medio camión lleno con las donaciones de su pueblo, además de la casilla. En la primera parada, en Carmen de Areco, se sumó otro camión más. En Chivilcoy, otros dos camiones. Y así sigue.
En cada lugar donde se detiene la gente se agolpa a alcanzarle mercaderías, elementos de limpieza, colchones y demás. Marcos se saca fotos con todos, abraza a todos, habla con todos, como fue siempre su estilo. Los vecinos de los distintos lugares hasta le hacen regalos a él (desde pastelitos hasta una virgen), lo alientan, le agradecen y le hacen sentir un cariño enorme, emocionante.
A las 12 de la noche de este miércoles Di Palma arribó a Saladillo acompañado por su familia. Durmieron ahí y esta mañana iniciaron el segundo día de travesía con destino a Bahía Blanca. Lo que se inició con un camión cargado con donaciones, ya es una gran caravana comandada por este ídolo popular que, contrariamente a lo que muchos piensa, no actúa para las cámaras. A las acciones solidarias, Marquitos le pone el corazón, el cuerpo, el alma y también (hay que decirlo) muchos de sus propios recursos económicos.
Para los arrecifeños, Marcos debe ser un orgullo. Algú día quizás lo entendamos todos.