(Por la Lic. Yanina Cotarelo) La vida matrimonial, la convivencia, los roces diarios, el cansancio, son algunos de los factores que se quedan con la energía y el deseo y van empobreciendo la vida sexual de la pareja reduciéndola a un simple coito.
La ausencia de estimulación previa dificulta la excitación femenina, la lubricación y los orgasmos y en primera instancia el deseo.
Es posible que en algún momento una de nosotras piense en lo triste que está siendo la sexualidad y si ya está condenada a recibir sólo eso de placer; pero primero hay que hacer el intento.
Intentás cambiar pero no funciona. Ya es tanta la costumbre que quizás ni siquiera encontrás la manera; acudís a la fantasía, a la lencería y hasta al disfraz, pero todo se acomoda para repetir la secuencia coital conocida. Es decir que cuando el hombre consigue su erección pasa a la penetración y vos, tan acostumbrada a eso, lo aceptás y hasta lo buscás. Es una frustración grande que habitualmente se refleja en otras áreas de la pareja.
Hoy quiero dejarte algunos tips para que puedas recuperar la previa perdida, sin morir en el intento…
Es posible que tu mente te hay propuesto ideas complejas y difíciles de llevar a cabo. Y justamente, si quieres provocar un cambio, sólo tienes que hacer algo pequeño. Piensa que la sexualidad es una comunicación y ambos generaron esa secuencia en conjunto, así que a tu compañero/a le será casi imposible adivinar todo lo nuevo que se te ocurrió, porque “no sabe leer la mente”.
Para comenzar podes cambiar simplemente la posición en la que habitualmente comienza el sexo. Por ejemplo, ambos acostados en la cama boca arriba. En su lugar podes darte vuelta, sentarte, semi recostarte o proponer una posición nueva, como ser colocar una almohadón en el suelo, apoyar allí la cabeza y las piernas sobre la cama. Es una propuesta que va a generar un cambio que forzará la creatividad sin dificultad y con muchas posibilidades de que ambos disfruten y mucho.
Podes modificar el primer movimiento. Si por ejemplo es tocarse o besarse en la boca, empezar por otra parte del cuerpo: pies, espalda, contacto mano con mano.
Si habitualmente la luz está apagada, dejá entrar un entre luz y jugá con la mirada mientras se acarician o abrazan.
También podes probar acostarte vestidos, de manera de estimular el deseo de ser desvestida y de desvestir.
Posiblemente el momento del orgasmo tal vez no se modifica y se acomoden a la posición ya conocida, pero todo lo demás elevará tanto la excitación que será una experiencia gratificante y recordada. Te invito a probar, no perdés nada.
Lic. Yanina Cotarelo | Psicóloga – sexóloga
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