(VIDEOS) La Peña de Boca Juniors se consagró campeón del fútbol arrecifeño por primera vez en su breve historia. En su tercera temporada de competencia oficial se adjudicó el Torneo Apertura 2019 “Daniel Muñoz”, venciendo por penales a Almirante Brown al cabo de dos finales.
En la ida, una semana atrás, Boca había ganado 2-0, jugando muy bien y superando al Verdinegro. La revancha, este domingo, fue absolutamente al revés, con un Brown muy superior que dominó todo el partido y venció 2-0 para igualar la serie en puntos y en goles.
En la definición por penales, el DT xeneize, Claudio Burgos, repitió su fórmula de cambiar el arquero y hacer entrar al “especialista” Pini Alasio por el titular, Franco Orsi. Y una vez más le dio resultado.
Alasio contuvo el primer penal a Cani González y después anotaron todos. Boca, con su conocida eficacia para la definición de los 12 pasos no erró nunca, cerrando las ejecuciones la gran figura del torneo, Alan Pérez, quien en esta segunda final tuvo una actuación regular.
La clave para el dominio y la superioridad de Brown en los 90′ de juego estuvo en el enorme trabajo de Mariano Sumich y Mauricio Suigo en la doble marca que Martín Andrizzi dispuso sobre Pérez. El central y el volante (retrasado) del Verdinegro fueron las figuras del encuentro, junto al incansable Bernardo Bernasconi, desequilibrante en ataque, dentro de un buen rendimiento general del equipo.
Matías González en el primer tiempo (anotando el penal que le cometieron a él mismo) puso el 1-0; mientras que el ingresado Laureano González aprovechó un rebote en el área para sellar el 2-0 que llevaría a los penales.
Boca es un justo campeón, más que por lucimiento, por el orden y el sacrificio del equipo, y porque contó con un goleador de otro nivel como Alan Pérez. Brown lo mereció de igual manera, porque se recuperó de la fallida primera final y superó ampliamente a su rival en la segunda.
La diferencia entre ambos fue apenas de un penal, con la experiencia de Alasio para detener el primero y la jerarquía de Pérez para dejar parado al arquero en el último.