Luis Aresté, el árbitro que decidió suspender la segunda final del Apertura de la Asociación Pergaminense de Básquet entre Ricardo Gutiérrez y Argentino, el último lunes en Arrecifes, habló en la mañana de Radio Uno (107.1).
El encuentro se interrumpió cuando corrían cinco minutos del segundo cuarto y el Tricolor ganaba cómodamente, por 36-19, y el banco de Argentino (con dirigentes) y su hinchada ya estaban muy exaltados y agresivos. En ese momento Aresté fue mojado (acusó escupitajos) por la popular visitante y se acercó a la mesa de control parando el encuentro. Pidió a un directivo de Gutiérrez que colabore para calmar el clima, pero la gente de Argentino no estaba dispuesta a tranquilizarse y, por el contrario, se generó un desbande aún mayor.
Gutiérrez quería seguir jugando. Argentino, claramente no, ya que estaba siendo superado ampliamente. Allí Aresté y sus colaboradores decidieron irse, luego de recibir varias amenazas y en un clima sumamente hostil que sufrían de parte de los visitantes.
El árbitro explicó su decisión: “Las condiciones ya no estaban dadas para seguir. La hinchada que llevó Argentino a Arrecifes no es gente de básquet, creo que ni siquiera son del club. Son inadaptados, había barritas de Douglas que se hacen los malos en grupo, alcoholizados, pero que después te los cruzás por la calle y no te dicen ni una palabra. En algún momento había que darle un corte a esto porque así van a matar al básquet”.
“Da mucha impotencia porque había muchas familias, muchos chicos, mujeres; aparte de nosotros, los árbitros, que tampoco tenemos por qué soportar agresiones. La gente de Argentino estaba sacada porque el partido les era desfavorable. Si nosotros decidíamos seguir y Gutiérrez metía un triple o sacaba más ventaja, se armaba un desastre”, reconoció Aresté en la 107.1 de Arrecifes.