Alberto Canapino siempre fue un adelantado. Quienes lo conocieron saben que trabajaba más a futuro que para la carrera que se estaba disputando, porque a ésta ya la tenía resuelta desde hace tiempo.
Por eso, aunque no haya estado físicamente este fin de semana en La Plata, e increíblemente no esté más y cueste y duela aceptarlo, dejó todo preparado para este resultado: el triunfo de Agustín.
Alberto ni pensaba en partir de este mundo; si siguió trabajando y generando ideas hasta el último minuto de su conciencia, aún en terapia intensiva. Pero como estaba varios pasos delante del resto, deportivamente hablando alcanzaba con que liderara desde lejos, esta vez desde más lejos que nunca.
Hasta a su sucesor dejó preparado, ya desde hace mucho tiempo. Con el masazo que significó el fallecimiento de Alberto, lo único que nadie se preguntó es quién lo iba a reemplazar en la conducción del equipo; por dos motivos: porque Canapino es sencillamente irreemplazable y porque su mejor alumno siempre fue Guillermo Cruzzetti.
Por todo esto es lógico que Agustín haya ganado esta carrera tan dura, la más difícil de su vida, a pocos días de haber perdido a su “padre, amigo, maestro, consejero, socio” y mucho más, como el propio múltiple campeón lo definió. Y porque Alberto también preparó técnicamente a su hijo mayor trasladándole sus conocimientos.
Igual, el mejor preparador de autos de las últimas décadas no pudo con su genio y mandó a pista un auto de seguridad cuando la Chevy de Agustín ya había perdido mucho ritmo y no podía aguantar más los embates de Josito Di Palma. Y le dijo “andá y ganá”, pese a que Alberto nunca hubiera querido ganar la primera carrera del año sabiendo que eso va a complicar la estrategia en busca de un nuevo título.
Pero sabía que Agustín quería ganar y le dio el gusto. Y nunca había triunfado en La Plata. Y nada… Todos esperábamos que ello sucediera.
Para Arrecifes también fue muy especial, por el cariño que esta ciudad siente por la familia Canapino y porque la Cuna de Campeones volvió a meter un 1-2 en la categoría más importante del país, como tantas otras veces, con Josito en el segundo escalón del podio con su Ford.
Ellos dos y Esteban Gini, tercero, levantaron en el podio la Copa Alberto Canapino.
El emotivo domingo en La Plata se completó con el gran debut de Matías Canapino en TC Pista, largando 17º y llegando octavo con otro Chevrolet del taller de papá.