En el mediodía de hoy la Municipalidad de Arrecifes distinguió a Agustín Canapino por su séptimo título en Top Race, conseguido el último domingo, sumando once campeonatos argentinos en su trayectoria en el automovilismo deportivo.
Por cuestiones de agenda el intendente Javier Olaeta no pudo estar presente, pero en su despacho recibieron al piloto el secretario de Gobierno, Sergio Aldazabal y el secretario de Hacienda, Mauro Bóveda, con la presencia del periodismo local.
Aldazabal fue quien tomó la palabra, destacando no sólo los éxitos deportivos de Agustín y su impresionante récord en Top Race, sino su consecuencia entre lo que hace en una pista con lo que hace fuera de ella, convirtiéndose en un ejemplo como deportista, una imagen a imitar por los más chicos, y representando siempre de la mejor manera a Arrecifes.
Canapino, a su turno, hizo referencia precisamente a las palabras de Aldazabal: “Por supuesto que es importante un título, porque el automovilismo es mi pasión y soy un privilegiado de poder vivir de lo que me gusta, lo que amo. Pero no es más que una competencia deportiva en la que se gana y se pierde, y hay que saber ser buen ganador y buen perdedor. Lo realmente trascendente de la vida no pasa por allí. Creo que lo verdaderamente importante y en lo que hay que dejar todo es en tratar de ser buena persona, en la familia, en los amigos. Más que un campeonato, me importa ser buena persona”.
Respecto de su reciente nueva consagración, sostuvo que “tiene la misma importancia que los demás títulos que gané. Los disfruto a todos por igual. Sí puedo decir que esta definición fue la más intensa, por cómo se dio, por las distintas alternativas por las que tuve que atravesar y porque pude recuperarme de las actitudes totalmente desleales que Mariano Altuna tuvo conmigo. Encima, en la última vuelta empezaron a parar autos porque se quedaron sin nafta y yo no sabía si iba a llegar, corría el riesgo de perder todo en los últimos metros. Fue de película”.
Agustín reconoció además que su pasión por el automovilismo “me preocupa un poco. Es una especie de enfermedad que tengo, porque gané el séptimo campeonato en Top Race y ya estoy pensando en el octavo. Esta mañana pasé por el taller de mi papá porque ya estoy metido en la definición del TC del próximo fin de semana, que también quiero ganarlo. No paro. Termino una carrera y me entreno con el simulador, entre los tantos viajes que me demandan las tres categorías. Pero toda mi vida soñé con esto, ya que cuando era chico no tenía la más mínima posibilidad de correr porque mi padre no quería, y ahora lo disfruto al máximo”.