Se calcula que son unas 20.000 personas de San Pedro las que sufrieron una presunta estafa piramidal en la que invirtieron sus ahorros. Lo hicieron en una criptomoneda denominada “Rainbowex”, que otorgaba un rendimiento en dólares, pero ahora temen no poder recuperar su dinero.
El engaño se daría a través de Knight Consortium, una fundación conformada por un grupo de accionistas que dice operar en el mercado de valores y captar inversores minoristas en todo el mundo. Sin embargo, la firma no está registrada y no tienen ningún aval legal.
En diálogo con un medio radial, el intendente de San Pedro, Cecilio Salazar, afirmó que aunque no se sabe “a ciencia cierta la cantidad de gente” que cayó en esta estafa, “se estima que 20 mil personas están involucradas”, de un total de “70 mil habitantes”.
Además, agregó: “Esto no es nuevo, sucede hace más de un año en la ciudad. Obviamente, antes en muchísima menor escala. En los últimos 5 o 6 meses fue incrementando, es una cosa impresionante”.
LA OPERATORIA
Los participantes de la supuesta fundación explican que el sistema de trading consistía en que usuarios compren su cripto, la cual pagaría un incremento de entre 1 y 2% diario, algo muy superior a lo ofrecido por los bancos.
A raíz de su creciente popularidad, Maximiliano Firtman, un profesor de programación y director de una academia de este rubro, comenzó a investigar a la presunta empresa que ofrecía estos beneficios. En diálogo con diferentes medios de comunicación, explicó cómo descubrió la mentira.
La presunta estafa de Knights Consortium inició a partir del “boca en boca”, pero luego adquirió promotores en San Pedro que comenzaron a convencer a los habitantes de poner su dinero en la plataforma.
El esquema iniciaba cuando un usuario invertía pesos o dólares en la empresa para adquirir criptomonedas y luego realizaba maniobras especulativas de trading para vender las monedas virtuales.
Luego, los inversores se mantenian pendientes de mensajes que envía por Télegram una mujer apodada como “La China”, quien les daba señales de cuando era el mejor momento para comprar o vender sus criptomonedas y mantenía en vilo a las personas. En San Pedro, literalmente, se ‘paraba toda la ciudad’ a las 9 de la noche para escuchar a La China.
ES UN BOOM EN SAN PEDRO
Según Firtman, los promotores de San Pedro se presentaban como “inversores” de la primera camada de esta fundación. Es decir, no se reconocen como miembros directivos de la empresa, sino como una parte más del esquema.
En línea con lo anterior, los usuarios que invierten deben reclutar a nuevos participantes, un mecanismo clásico en las estafas piramidales bajo el esquema Ponzi. “Es una simulación que le hacen a la gente”.
Asimismo, Firtman explica que “la aplicación” que le hacen bajar en sus dispositivos a los inversores “es trucha”, ya que “no se baja de las tiendas oficiales”. También aseguró que las criptomonedas Rainbowex “no existen”.
“Como todo Ponzi, inicialmente funciona el retiro del dinero, porque proviene del dinero que va entrando de nuevas personas. Esa plata es la que se usa para devolver, por eso genera la curiosidad y tranquilidad de que funciona y no hay gente que se queje”, afirmó.
De hecho, muchos sampedrinos vieron incrementados sus ingresos con este sistema y, los que más invirtieron (miles de dólares), hasta compraron vehículos con esas ganancias. En la vecina ciudad, ya funcionaba como segunda moneda y era aceptada por los comercios.
FALSA ACLARACIÓN DE ACTORES PAGOS
Los habitantes de San Pedro aumentaron sus sospechas luego del evento realizado por los responsables de Knight Consortium en la Ciudad de Buenos Aires, el pasado 21 de septiembre en el Hotel Emperador. La excusa de la reunión era poder tranquilizar a los inversores, y dar a conocer los rostros de los directivos como señal de confianza.
Lo cierto es que al investigar quiénes dieron la presentación en este evento, Firtman comprobó que uno de los presuntos directivos era en realidad un actor polaco llamado Maurycy Lyczko. Al contactarse con este, le comentó que había sido contratado por una persona asiática que le pagó 1.500 dólares por su actuación. El segundo actor, quien también interpretó a un CEO, es Filip Wa?cerz.