Hace solo seis semanas, Twitter hizo un experimento. Decidió duplicar el límite de caracteres a alguno de sus usuarios para observar su comportamiento. Quería saber si los 140 caracteres eran un impedimento a la hora de hacer un uso frecuente de su plataforma.
Tras este tiempo resolvió hacer un cambio que para los más puristas atenta contra la esencia del servicio y, para la mayoría, será un alivio. Desde ayer, el límite de Twitter es 280 caracteres, el doble del original, salvo en japonés, coreano y chino, idiomas en los que los 140 sirven para expresarse con holgura.
Ahora, cuando escribís un tuit ya no te aparece el contador de los caracteres que te restan para completar el texto. En su lugar verás un circulito que se va pintando de azul a medida que vas escribiendo, hasta completarse.