Seguramente más por maldad que por alguna utilidad (por mal llamarlo de alguna manera), los amigos de lo ajeno en estos días han robado decenas y decenas de adornos navideños en distintas viviendas.
Parece que ahora “la moda” es llevarse las simples decoraciones que, en esta época del año, los vecinos cuelgan en las puertas de entrada o los frentes de sus casas.
Los testimonios de arrecifeños víctimas de estos hurtos son muchísimos. ¿Robo por necesidad?, aunque no se justifique… Para nada. Esos adornos no se comen y prácticamente no valen nada si los chorros quisieran venderlos.
Sin dudas estas acciones radican en un problema social que lleva a que cualquier acto fuera de la ley o del respeto, no merezca pena o reprimenda alguna.
Pueden ser “travesuras” o pequeños daños, sí; pero también prácticas de iniciación a delitos mayores. Mínimamente, es triste.