La realidad política vuelve a poner a Arrecifes, lamentablemente, en una triste situación respecto de ciudades vecinas. Es público en medios nacionales y locales el informe sobre la presencia de arsénico en el agua potable que pone a nuestro distrito en una situación “roja” (no se puede consumir ni usar para cocinar), y no se logra que las autoridades municipales muestren los análisis para comprobar si ese estudio difundido es real o no, aún tras el pedido público del Concejo Deliberante.
Entretanto, nuestro “primo-hermano” Salto, localidad limítrofe y la más similar a Arrecifes en extensión y cantidad de habitantes, exhibe una situación absolutamente contrapuesta. No sólo cero riesgo de arsénico en el agua sino que está encarando la obra hidráulica más grande de su historia.
El secretario general de Gobierno del vecino municipio, Camilo Alessandro, mostró ayer los trabajos en la nueva planta potabilizadora que almacenará 2 millones de litros de agua provenientes de dos acuíferos. Esa cisterna se inició en 2014 y ahora tendrá su proceso final para contar con más y mejor agua en una planta que será manejada en forma automatizada por computadoras, regulando su caudal y la inyección de líquido a la red mediante las bombas de acuerdo a un monitoreo de consumo.
Esto se complementa a la renovación de cañerías de agua potable que se realizó en 60 manzanas de la ciudad, reemplazando las antiguas de hierro por tubos de PVC.









