Sorprendió el estilo del Intendente, que detalló muchos logros pero fue reiteradamente irónico y hasta provocador con la oposición.
Este viernes se realizó la apertura del período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de Arrecifes, tal como sucedió con las cámaras legislativas a nivel nacional y provincial.
Y en un año electoral, los discursos de los representantes de las distintas fuerzas políticas marcan en buena medida lo que se vendrá.
Abrió la sesión el presidente del Concejo, Francisco Bóveda, con una breve y tranquila alocución pero evidenciando claramente dos aspectos. Por un lado pronosticó que seguramente este año se van a dar fuertes debates en el Cuerpo pero pidió a los concejales que se ocupen de las necesidades de los vecinos de Arrecifes. Sin decirlo, dejó entrever una postura que seguramente Cambiemos adoptará para este año legislativo: cortar los debates cuando se trasladen a cuestiones partidarias y hacer valer la fuerza de la amplia mayoría con la que cuentan.
Por el otro, dejó bien sentado su apoyo irrestricto al Intendente, a quien elogió con convicción, lo que le valió una afectuosa palmada de Javier Olaeta, quien se encontraba a su lado, a modo de agradecimiento.
En la lista de oradores siguió la Dra. Daniela Zabalúa (bloque Por Arrecifes) quien, consecuente con la postura que viene manteniendo en sus tres años como concejal, marcó sus intenciones de colaborar con el Departamento Ejecutivo “para que le vaya bien a Arrecifes sin importar el color político de quien gobierna”. Pero por otro lado sostuvo que la misma convicción tiene para defender la independencia del Concejo Deliberante y el respeto que se merece, marcándole al Intendente varios proyectos aprobados en el Cuerpo y que Olaeta no ha puesto en marcha. Específicamente se refirió al Área de la Mujer, un trabajo que elaboró ella misma hace tres años y que “todavía mantengo las esperanzas de que el Intendente la implemente”, lo que justificó con la lectura de estadísticas que comprueban un grave crecimiento de denuncias por violencia de género en nuestra ciudad.
Flavio De Sciullo (Unidad Ciudadana) sucedió a su colega abogada y fue muy duro. Comparó a Olaeta con Macri, en cuanto a la ineficiencia y a la falta de concreciones en tres años de mandato, haciendo hincapié en la falta de generación de puestos de trabajo y en deficiencias en el sistema de salud pública, entre otras cosas. Además de unir al oficialismo local con la grave crisis económica que están sufriendo la mayoría de los argentinos.
El discurso del último presidente de bloque, Fernando Marino (Cambiemos) pasó casi desapercibido. Ya se notaba al Intendente tomando temperatura para responder.
SORPRESIVAMENTE PROVOCADOR
Javier Olaeta protagonizó un extenso discurso con un estilo que no había mostrado en sus tres participaciones anteriores en la apertura de sesiones ordinarias.
Hizo un extenso raconto de casi todas las obras ejecutadas durante su gestión, que son muchas e importantes. No se puede cuestionar lo que dijo el Intendente porque son realidades visibles, pero sí el tono en que lo hizo.
La primera en “ligarla” fue la Dra. Zabalúa: “Le cuento a la concejal que el 8 de marzo vamos a estar inaugurando el Área Mujer que tanto pide, pero no hay presupuesto para hacer las cosas como usted las quería. Así que la invito a que esté presente ese día y se acerque a colaborar, ad-honorem, como dijo que lo haría”. El tono desafiante chocó más que sus mismas palabras.
Enseguida le tocó el turno a Unidad Ciudadana, especialmente a los concejales De Sciullo y Martín Tamassi, a quien el Intendente habló mirando a la cara casi todo el tiempo. Incluso en un momento detuvo su discurso cuando a De Sciullo se le cayó la campera que tenía en el respaldo de su banca y se dio vuelta para recogerla: “¡Perdón!”, le advirtió Olaeta, invitándolo a que volviera a prestarle atención.
Desde allí, ante cada obra, concreción o compra que mencionaba, agregó críticas e ironías sobre “el kirchnerismo o Unidad Ciudadana, como quieran llamarlo”, diferenciando intencionadamente a este movimiento del resto peronismo. Y también, por primera vez en su gestión, le pegó mucho a la anterior administración municipal, encabezada por Daniel Bolinaga (sin nombrarlo), marcando todo lo que no hizo en su momento y todo lo malo que encontró Olaeta al asumir en 2015.
Si bien luego de la sesión en charlas privadas el Intendente argumentó su actitud en que debía responder de la misma forma que lo atacaron, fue excesiva y reiteradamente provocador, irónico y desafiante. Tiene mucho y bueno para mostrar de su gestión, pero fue cuestionable la actitud con la que lo describió. “Fue firmeza, no soberbia”, se encargaban de aclarar sus colaboradores, plenamente conscientes de lo que más se le cuestiona a Olaeta es su soberbia y que esa noche volvió a hablarse de ello.
No obstante, y más allá de las palabras, al común de la gente le importan muy poco estos debates y estas posturas políticas, del lado que sean. Los vecinos necesitan hechos, respuestas concretas. Y eso es lo que seguramente valorarán a la hora de votar. Como dijo el Intendente: “Nosotros estamos acá porque la gente lo decidió con su voto. Y pronto ustedes (dirigiéndose al kirchnerismo) tendrán la oportunidad de hacerse cargo de la Municipalidad si ganan estas elecciones”. Es cierto: si hay algo que respetar siempre es la voluntad popular. Pero también mediante el voto popular los concejales de la oposición están en sus bancas. Y a ellos y a la gente que los eligió, también hay que respetarlos, por más que sean menos.