Una nueva copiosa lluvia en muy poco tiempo volvió a poner al descubierto los perjuicios que genera el cambio climático, que no son exclusivos de nuestra ciudad, ni siquiera de la provincia de Buenos Aires ni de la Argentina. Basta con buscar en Internet y ver que se sufren en distintos lugares del mundo.
Por ello, en lo que a nosotros respecta, lamentablemente vamos a tener que acostumbrarnos a que los desbordes del río Arrecifes seguirán siendo algo habitual y no extraordinario, como lo eran hace muchos años.
Actualmente tenemos un promedio de 5 o 6 crecidas por año, con el agravante de que el nivel de las aguas sube rápido y tarda mucho en bajar, como se puede ver hoy. A más de 36 horas de haber cesado las lluvias, el río sigue en el nivel máximo que alcanzó en esta crecida.
Lo que resulta imperioso dentro de este difícil contexto, es erradicar a las familias que viven en la zona balnearia. En los últimos dos años, han sido evacuadas más de diez veces y vueltas a llevar a la zona inundable la misma cantidad de veces, para volver a exponerlas al avance del río y tener que volver a evacuarlas. Y en cada una de esas oportunidades, perdiendo todas sus pertenencias.
La falta de políticas municipales en este sentido es total; el desinterés por esta situación es alarmante. Y hasta es un abuso hacia la buena voluntad y el trabajo de los Bomberos Voluntarios, que una y otra vez son los que tienen que actuar ante la inacción oficial. Es hora de tomar decisiones de fondo. El río Arrecifes aún está crecido y, cuando el agua baje, la próxima inundación estará viniendo pronto.
Seguramente son necesarias obras hidráulicas, que tampoco garantizan mucho dentro de este cambio climático, pero mientras tanto no podemos seguir tirando a la gente al agua para tener que volver a evacuarla.
Fotos: Alejandra Oviedo