Según trascendió, José Luis Espert llegó en la noche del viernes a Olivos con la renuncia en sus manos. Pero Javier Milei –su único sostén dentro del oficialismo– le habría pedido resistir. “Aguantá la campaña sucia del kirchnerismo. No tenés ninguna causa en tu contra. La denuncia de Grabois es sólo una chanchada”, fue el mensaje del Presidente. La orden: no dar un paso atrás.
Aun así, el pergaminense diputado nacional está muy cuestionado en el oficialismo. Incluso Karina Milei, figura clave en el armado libertario, habría quedado insatisfecha con las explicaciones del candidato. En voz baja, algunos creen que ella preferiría que diera un paso al costado.
Esta lectura entre líneas se consolidó con una declaración seca y medida del vocero presidencial, Manuel Adorni: “El que debe explicar es él”, dijo el viernes pasado, cuando lo consultaron por el candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires. Ninguna defensa, casi un paso al costado.
RESPALDO DE MACRI A MILEI
El viernes último, Olivos fue un hervidero. Un par de horas antes de que llegara Espert, quien salió por la misma puerta fue Mauricio Macri. Fue su segunda reunión con Milei en apenas seis días.
El expresidente se pronunció sobre este nuevo encuentro. Sus palabras fueron moderadas, pero con la intención de marcar límites a su relación con Milei: “La reunión fue muy buena. Después de las elecciones del 26 de octubre, confío en que el Gobierno iniciará una etapa de cambios orientados a realizar reformas estructurales importantes”, escribió en sus redes.
Es un hecho que el caso Espert formó parte de la conversación. Según trascendió, Milei le aseguró a Macri que confiaba en su candidato. La respuesta del fundador del PRO es un misterio, pero en la estructura bonaerense del partido se encendieron varias alarmas.
La primera señal: Diego Santilli, tercero en la lista de Buenos Aires, empezará a mostrarse solo. Hoy visitaba Mar del Plata, junto a Cristian Ritondo, otro referente del partido amarillo. Pero, sin Espert. “La campaña está quebrada”, reconocen sin rodeos en el búnker del PRO.









