A los amigos y familiares de Anyi Casella se les ocurrió la idea. De inmediato invitaron a los de Yamil Acosta. En definitiva, todos están luchando (y rezando) por la misma causa. Todos los arrecifeños estamos pidiendo por ellos.
Los dos son jóvenes que luchan pos sus vidas, accidentados en distintos choques ocurridos el lunes. Los dos viajaban en moto. Los dos son muy queridos y por los dos, todos oramos y tratamos de colaborar por su recuperación.
Yamil está internado en la clínica La Pequeña Familia de Junín, y ayer miércoles mostró una recuperación. Al menos recuperó el conocimiento y los signos vitales. Según informaron, su vida estaría fuera de peligro. Y eso es lo que importa. Lo demás, con tiempo, se soluciona.
Anyi, una adolescente con un millón de amigos, tan querida como toda su familia, la tiene más difícil que Yamil. Al menos por el momento. No obstante, ayer le retiraron el respirador artificial y respira por sus propios medios. Todavía no recuperó la conciencia, pero está saliendo de una delicada operación en el cerebro.
Por ellos dos, ayer marcharon muchos arrecifeños que los quieren y otros que quizás no los conocen pero quisieron sumar su fe, para que los deseos de recuperación sean más fuertes y Dios se acuerde de ellos. Lo hicieron desde la Plaza Mitre hasta el Cristo de la Hermandad.
No fueron muchos los que participaron de la marcha. Pero no importa. Son muchísimos los que los acompañan desde los grupos de Facebook que se crearon y desde el corazón.
Todo Arrecifes está haciendo fuerza, rezando, donando sangre o como pueda, para que Yamil y Anyi salgan de esta situación que nos tiene mal a todos. Y lo van a lograr, porque Dios seguramente se hará eco de tanta demostración de fe.
Y perdón, pero tenemos que decirlo: los miserables también existen. Son las pobres personas que aprovechan el dolor de muchos intentando sacar rédito de la desgracia y publican (también en Facebook) críticas contra la gestión municipal.