Más allá de opiniones controvertidas, que siempre las va a haber porque es imposible que todos estemos de acuerdo, la Fiesta Provincial del Automovilismo en Arrecifes desde hace dos años ha mostrado una relevancia notable.
La actual gestión municipal, encabezada por Javier Olaeta, decidió recuperarla y darle continuidad. Y es verdad que en un principio había más stands comerciales que autos, pero en este caso sus organizadores tuvieron la inteligencia de escuchar las críticas, aceptar sugerencias y mejorar la fiesta año a año.
Así fue que cada edición se superó y en los últimos dos años tuvimos lo que la mayoría del público demanda: autos de categorías nacionales girando en pista. Escuchar el rugir de un TC o de un Top Race en el Costanero y comprobar en vivo su potencia, no es cosa de todos los días. No dejan de tener valor los autos zonales, pero ya estamos acostumbrados a verlos.
Los autos históricos, de los más valiosos del automovilismo argentino e internacional, tampoco faltaron. Y los pilotos arrecifeños de categorías nacionales que pudieron asistir, acompañaron una vez más.
Como se trata de una fiesta, además, está bien que al público se le permita disfrutar de shows musicales de alto nivel, y este fin de semana también los hubo, con una inversión en escenario, sonido y luces acorde a la relevancia de los artistas.
Pero más allá de todo eso, la Fiesta Provincial del Automovilismo en Arrecifes ya se instaló como una marca en todo el país. La difusión de los medios locales y de algunos importantes nacionales año a año, generó que su realización trascienda a toda la Argentina. Y es mucho el público foráneo que asiste.
Esta fiesta en la Cuna de Campeones es positiva para nuestra comunidad por donde se la mire. Y fundamentalmente es producto de un trabajo enorme, porque tiene la magnitud de las mejores que se puedan ver en el país. El sólo ver el movimiento previo para armarla, impacta. No parece que fuera de una pequeña ciudad de unos 35 mil habitantes.
Cuando las cosas se hacen bien, merecen ser destacadas. Y en este caso no es el trabajo habitual de funcionarios que “para eso están y por ello cobran”; sino que es un extra al que le ponen mucho esfuerzo y pasión. Podría no hacerse, como ocurrió durante mucho tiempo…
Desde este diario, las felicitaciones no nos salen fácil ni las andamos regalando. Pero esta vez las merecen sobradamente.