La medida del Gobierno nacional obligando a los empleadores privados a pagarles a sus empleados un bono de $ 60.000, en dos cuotas, generó el rechazo generalizado del sector empresarial.
En ese sentido, el presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Mario Grinman, resaltó que “los trabajadores son inteligentes y saben que si al empleador no le va bien tienen que sentarse a dialogar”. A su vez, enfatizó que “el Gobierno no debe inmiscuirse en las relaciones entre privados porque genera distorsiones. No es lo mismo un comerciante en Santa Fe y Callao, donde circulan personas cada minuto, que uno del interior”.
El presidente de la Cámara de Comercio a Industria de Arrecifes también fue contundente. En RADIO UNO (107.1), Carlos Boyadjian consideró que “es una medida meramente electoral y demagógica, decidida con el dinero de los demás. Nosotros no cuestionamos la necesidad de mejora salarial de los trabajadores, pero la política económica que viene llevando adelante este gobierno nos perjudica a todos. Hay pequeñas empresas que viene realizando un esfuerzo enorme por sostenerse, por poder cumplir con los sueldos y los impuestos, y no están en condiciones de afrontar este pago extra. Cualquier empleador quiere tener a sus trabajadores lo mejor posible, pero no se los puede obligar a desembolsar un dinero que por ahí no tienen. Y encima nos amenazan con multarnos. En cambio, a las administraciones provinciales y municipales, no las obligan. Es siempre lo mismo: el privado tiene que sostener los gastos de la política”.