Francisco Vlaemink, expareja y padre de dos de los tres hijos de Naiara Durán (25), es el nuevo aprehendido y acusado de perpetrar el crimen junto a su pareja, una mujer de 35 años.
Este sábado, cuando su domicilio era allanado, comenzaban a hilvanarse los últimos pasos que dio la víctima cuando llegó a esa casa de calle Bottaro y Primera Junta, donde jamás pensó que hallaría la muerte. El horario quedó establecido entre las 15.30 y las 16 horas.
Varias contradicciones entre los primeros testimonios recogidos por los investigadores apuntaron a pistas que desembocaron en una equivocación. La prima y la actual pareja habían incurrido en evasivas a la hora de relatar cuándo y en qué circunstancias habían visto a la joven de 25 años cuando salió de su domicilio en calle Dávila 345. Por eso en un primer momento fueron detenidos el novio, Mario Damián Gil (31), y de la prima de Naiara, identificada como Antonella Russo, de 26. Aún quedan dudas sobre episodios que habrían transcurrido puertas adentro de la propiedad que compartían.
Tres días después de aquella última vez en que una tía la había visto con la misma ropa con la que fue encontrado el cuerpo envuelto dentro de un tambor de 200 litros, la abuela radicó la denuncia y pidió la búsqueda de su nieta. Al día siguiente, un pescador alertó a la Prefectura que llegó a la costa del riacho para convocar a la Policía Científica y a la fiscal María del Valle Viviani para constatar que efectivamente se trataba de la joven madre desaparecida el domingo 13 de agosto. La autopsia reveló las lesiones que le provocaron la muerte.
En principio fueron detenidos un hombre, su pareja actual y una prima. El secuestro de dos celulares habrían ocasionado esa presunción y otras tres requisas que no aportaron nuevos elementos comenzaron a abrir un panorama basado en una de las primeras personas a las que fueron a buscar: el progenitor de las hijas mayores y expareja de Naiara. Por eso, en la marcha para reclamar justicia, la madre de la joven asesinada gritó “el asesino está prófugo”. Se refería a Vlaeminck. Eso fue el viernes.
El sábado fue liberada la prima. La primera hipótesis comenzaba a desvanecerse. Los investigadores volvieron sobre sus pasos y retornaron con una orden de allanamiento y posible aprehensión al mismo lugar donde habían buscado a Vlaeminck sin suerte a las pocas horas de la aparición del cuerpo. No sólo eso; el hombre se había ausentado de su trabajo en una reconocida empresa de servicios durante tres días consecutivos. Los mismos que transcurrieron sin noticias de Naiara.
Faltaban los detalles. Cómo y dónde la asesinaron. Cuántos eran y de qué manera se deshicieron del cadáver.
En la casa de Vlaeminck secuestraron tres celulares, un punzón, electrodos para soldadura (el tambor tenia la tapa soldada) y un destornillador. Dentro de la vivienda también observaron que había un sector recientemente aseado y pintado. La comitiva compuesta por la DDI San Pedro y Policía Científica tenía que esperar hasta la noche para poder efectuar las pruebas de luminol que son las que permiten revelar si hubo o hay manchas de sangre. Parece que había, aunque nadie quiso confirmarlo.
También llegaron a la casa de la madre de Vlaemink, sobre calle Oliveira Cézar al 1300. Allí lograron secuestrar una soldadora y solicitaron imágenes de cámaras de seguridad. Ahora tienen que peritarlas y luego develar los motivos que desataron la tragedia. Aún queda bastante por investigar y probar.
Fuente: La Opinión de San Pedro