“Se ha decidido finalmente cambiarle el nombre al Centro Cultural Kirchner (CCK), así que dejará de llamarse como tal y efectivamente se le dará paso a un nuevo nombre”. Así resumió Manuel Adorni la determinación que tomó el Gobierno nacional sobre el futuro del emblemático espacio creado durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
Apenas se había iniciado la rueda de prensa en Casa Rosada, cuando el portavoz presidencial realizó el anuncio, de inmediato empezó a tener enorme impacto en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Fuentes de Casa Rosada ampliaron que la motivación principal de esta decisión tiene que ver con que el nombre del ex presidente está vinculado a la “corrupción”; como alternativa de reemplazo apuntan a “alguien que sea de la cultura”. Y aunque no hay nada concreto, el nombre que empezó a sonar fuerte es el de Jorge Luis Borges.