Un verdadero sacudón institucional estremece a la Policía de Córdoba: el jefe de la Policía Caminera, junto a otros seis implicados, entre ellos altos mandos y hasta un civil, fue detenido en las últimas horas, acusado de integrar una organización ilícita que operaba desde las entrañas del aparato policial.
Las detenciones se concretaron tras una serie de once allanamientos simultáneos realizados en la capital cordobesa y en localidades del interior como Unquillo, La Calera y Cosquín. Los operativos incluyeron domicilios particulares, estudios jurídicos y hasta oficinas de la propia Jefatura de Policía, donde los investigadores buscaban pruebas que vinculen a los involucrados con maniobras delictivas llevadas a cabo mediante el uso indebido de información confidencial.
El nombre más resonante entre los detenidos es el del máximo responsable de la Policía Caminera, imputado por una batería de cargos que incluye ser jefe de una asociación ilícita, además de coacción, extorsión, peculado de servicios, enriquecimiento ilícito y encubrimiento por omisión de denuncia. Según fuentes judiciales, no actuaba solo: su hermano, un abogado de profesión, también figura entre los detenidos.
La nómina de implicados incluye además a funcionarios con peso en la estructura jerárquica de la institución: comisarios inspectores, un suboficial principal y al menos un civil que habría actuado como articulador externo. En su mayoría, los detenidos son policías con formación en derecho, lo que les habría facilitado el acceso y la manipulación de información sensible para instrumentar una compleja red de cobros extrajudiciales, fijación irregular de honorarios y presiones ilegales.
La presunta banda utilizaba datos reservados del sistema policial, como prontuarios, antecedentes penales y causas en trámite, para extorsionar o negociar a espaldas de la Justicia, aprovechando su posición institucional. Esta operatoria, de comprobarse, no sólo vulnera la confidencialidad del sistema judicial y policial, sino que revela un esquema de corrupción profundamente arraigado y sofisticado.
En medio de una creciente crisis de credibilidad, la Policía de Córdoba enfrenta otro capítulo negro en su historia reciente. La institución, ya golpeada por denuncias previas contra altos cargos, suma ahora un nuevo escándalo que pone en jaque la transparencia de su cúpula.









