El presidente Alberto Fernández termina su pasantía en el Gobierno nacional de la peor manera, castigando al pueblo argentino con otro cruel golpe inflacionario, especialmente en alimentos.
Más allá de los números dibujados por el INDEC, cualquier ciudadano de a pie que vaya a hacer las compras sabe que los precios aumentaron mucho más de lo que se informa. De hecho, en un relevamiento realizado por DIARIO UNO en distintos comercios del rubro alimentos de Arrecifes, en los últimos siete días se constataron al menos dos remarcaciones que suman un promedio de aproximadamente un 50%. En algunos supermercados no hay ni precios colocados en algunos productos. Y así se replica en toda la Argentina.
Las heladeras de los trabajadores comunes ya están casi vacías. La crisis económica es tan grave que ya no se come lo que se quiere, o lo que se necesita, sino lo que se puede. Tristemente nos han acostumbrado a vivir en la pobreza sin que nos demos cuenta y nos hicieron creer que es normal.
A diez días de dejar el Gobierno, nos van a seguir castigando con los precios hasta el último. Y es lógico si tenemos en cuenta, por ejemplo, que nos conduce un presidente que no tiene autoridad y demostró que no sabe hacerlo; un ministro de Economía que no es economista; una ministra de Desarrollo Social como Victoria Tolosa Paz que no tiene ni idea del área que conduce; un canciller como Santiago Cafiero que no sabe idiomas… y así podríamos seguir.
¿Quién paga la incapacidad y el derroche de este gobierno de pasantes? Como siempre, el pueblo. Y también pagaremos los daños que dejan. Ellos no, nunca; al contrario: son cada vez más ricos.
No es muy difícil de entender por qué ganó Javier Milei.