El último lunes, el Sindicato de Trabajadores Municipales de Arrecifes le envió una dura nota al intendente Fernando Bouvier, manifestándole su produnda disconformidad con el destrato que -afirman- están recibiendo del jefe comunal en las negociaciones paritarias por mejoras salariales.
En la misma, los municipales aseguraban que el Intendente se niega a otorgarles un aumento y que ha dado “sobradas muestras de indiferencia a los reclamos de nuestros afiliados, negativa a recibirnos y siquiera a atendernos el teléfono”. Y acusan a Bouvier de adoptar “actitudes infantiles”.
El Sindicato manifiesta que la situación lo ha llevado a replantearse “la relación cordial que veníamos sosteniendo desde el inicio de su gestión, poniendo todo a su disposición”, y le otorgaron un plazo de 48 horas para que “cumpla con las obligaciones de su cargo, bajo apercibimiento de adoptar medidas de fuerza por tiempo indeterminado”.
NEGOCIACIÓN DE ÚLTIMO MINUTO
En la semana se realizó una reunión entre el Ejecutivo y el Sindicato, de la que no participó su titular, Juan Maury, pero no llegaron a un acuerdo por el 10% de aumento ofrecido por el Municipio. Es así que para este viernes a las 18:00 se convocóa una asamblea de trabajadores municipales a fines de determinar las medidas a adoptar.
Minutos antes de esa hora, Bouvier llamó a Maury y se encontraron para charlar en la puerta del Palacio Municipal (ni siquiera entraron), junto con Roberto La Paz, mediador válido por sen integrante del Sindicato y también del Gabinete del Intendente. En un ratito se pusieron de acuerdo en la oferta de un 15% de aumento y volver a juntarse a charlar en octubre.
Juan Maury llevó esa propuesta a la asamblea y manifestó su intención de aceptarla “debido a que no hay plata en la Municipalidad”. La mayoría acompañó la postura del secretario general del gremio y el paro previsto se frenó. En tanto, otros trabajadores se manifestaron disconformes porque el posible arreglo “está muy lejos de lo solicitado y de sus necesidades salariales”.









