Al principio parecía un suicidio. Pero al controlar el cuerpo hubo un detalle que llamó la atención de los peritos de la Policía Científica que revisaban el cadáver de la oficial Johana Rojas. La mujer se había pegado un balazo en el parietal izquierdo. Pero el arma estaba apoyada de manera prolija sobre la mesa de luz. Entonces, los detectives comenzaron a investigar el caso como asesinato. Anoche, funcionarios judiciales detuvieron a la pareja de la víctima y fue acusado de femicidio.
El cuerpo de la mujer policía, de 28 años, fue hallado anteanoche. Tenía un balazo en la cabeza, en el costado izquierdo. El cadáver estaba en el piso y el arma reglamentaria fue encontrada en un lugar que no correspondía con la caída del cuerpo luego del disparo. La escena era antinatural. Montada.
Al revisar la casa en Ginocchio al 1100 en la ciudad de Ramallo, los técnicos de la Policía Científica no hallaron ninguna carta o misiva que hubiera redactado la mujer. Se trataba del primer indicio que derrumbó la presunción del suicidio.
Rojas se desempeñaba en la policía local de Ramallo, no tenía hijos y estaba en pareja con un hombre, de 66 años. Una llamada al número de emergencias 911 había alertado a los policías que concurrieron al domicilio. Un familiar de la uniformada realizó dicha comunicación debido a que Rojas no respondía a las llamadas de su entorno.
Ante la posibilidad de que la mujer policía hubiera sido asesinada y que se hubiera montado la escena para que pareciera un suicidio, la fiscal de San Nicolás, Verónica Marcantonio, ordenó a la policía que preservara el lugar del hallazgo del cuerpo.
Doce horas después, la representante del Ministerio Público recibió el informe de los peritos de la Policía Científica que indicaron que a la joven la mataron. Los técnicos establecieron que la víctima era diestra y que no se podría haber disparado en el costado izquierdo de la cabeza.
Familiares y amigos de Rojas declararon ante los investigadores que la víctima habría sufrido episodios de violencia de género en medio de la relación con su pareja, un hombre, de 66 años, con antecedentes y que había estado preso por el homicidio de un hermano.
Ante las contradicciones de la pareja de la víctima y las pruebas científicas, la fiscal ordenó su detención y lo acusó de femicidio.
Gustavo Carabajal