Tras las elecciones primarias del 13 de agosto el Gobierno argentino implementó una devaluación del peso y esa semana el dólar blue llegó a su récord de $ 810, valor al que se conseguía en algunas cuevas.
Esto provocó una estampida de precios con fuertes remarcaciones, adjudicadas a esa suba del dólar. Pero luego la moneda estadounidense en el mercado paralelo comenzó a bajar, con una notoria depreciación en la última semana, cerrando ayer a $ 708.
Pese a retraerse $ 100 en menos de un mes, los precios no bajaron. Es más, ni siquiera se sostuvieron. Esta semana continuaron en aumento, especialmente en los alimentos.
En esta Argentina descontrolada y “de vivos”, alguien se está llenando de guita con esta crisis; como ocurre siempre.