En menos de un mes entraron a robar dos veces a mi casa. No suelo escribir por este medio, pero la situación me sobrepasa.
Soy profesora, trabajo todo el día para llegar a fin de mes. Con mucho esfuerzo compro las cosas que tengo. Para que en unos minutos vengas un rateros y me desvalijen. Parece que no les alcanzó lo que se llevaron la primera vez, que hoy se llevaron todo lo que me quedaba.
No dejaron nada. Lo que sí dejaron fueron ventanas barreteadas, vidrios rotos y todo dado vuelta.
Como cualquier ciudadano exijo seguridad y parece que eso no existe en barrio Palermo. Todos saben quiénes son, pero nadie ve ni dice nada.
Me parece que hay muchas cosas que cambiar. La Policía cumple con las mínimas tareas de rutina y de ahí nada más. Agregando que mucho no hacen: preguntan, toman huellas de las cuales nunca se tiene resultado y se retiran. Cuando se les pregunta por su accionar, alegan que hay 30 oficiales pero sólo tienen dos móviles (¿y con eso pensás patrullar la ciudad?).
Ellos mismos saben quiénes son los que roban, pero nadie se mueve. Las dos veces que vinieron a mi casa este mes, los superiores a cargo me dijeron que me tranquilizara, que a ellos en sus casas también les habían robado. ¿Se supone que tengo que tomar esto como normal y ya que estoy les dejo a los chorros la puerta abierta, así no rompen tanto?
Me pidieron que me quedara tranquila, que una crisis de nervios no ayuda. A ver, flaco, en menos de un mes me dejaron la casa vacía (a pesar de haber reforzado todas las entradas de la casa, patio, puertas y ventanas), ¿y vos pretendés que lo tome con tranquilidad?
Me robaron cosas que aún estoy pagando. La primera vez, entre todo lo que se llevaron, me robaron mi computadora que es mi herramienta de trabajo, y hoy se llevaron todo lo que encontraron a su paso, incluida una netbook del Estado. Es decir, me arruinaron económica y laboralmente. No hay plata que me recupere el trabajo de 10 años guardados en esas computadoras. Y a nadie le importa nada.
Así que a los vecinos sólo nos queda vivir en esta zona liberada y regresar a nuestras casas esperando no encontrarnos a los chorros adentro y que nos metan un tiro. Ésta no es la ciudad en la que quiero vivir. Las cosas tienen que cambiar. Y no lo estoy diciendo sólo porque me toco a mí, sino porque son muchos los que sufren este tipo de hechos y nadie recibe respuesta alguna.
Mi pregunta es, ¿alguien piensa tomar cartas en el asunto? ¿O los chorros van a seguir teniendo vía libre para robar todo lo que quieran?
Soy una simple ciudadana, siempre busco el consenso, odio la violencia. Pero mi paciencia se terminó hoy. Quiero respuestas y voy a llegar hasta las últimas consecuencias!
Gabriela Alasio
Una ciudadana indignada y harta. 20/12/15