Bajo el título “Quién es Fernando Alday, el científico argentino que da ‘cátedra’ en Oxford”, el diario Perfil publicó hoy una nota destacando al arrecifeño.
“Fue nombrado profesor de física matemática de Rouse Ball, un cargo vitalicio; es el quinto académico en obtenerlo”, resalta el medio nacional en una entrevista realizada por Camila Iannini.
LA NOTA COMPLETA
Los días de lluvia en Arrecifes la casa de Luis Fernando Alday se llenaba de goteras. Ahora, camina por los pasillos de la Universidad de Oxford como nuevo catedrático de Rouse Ball. Cuando le confirmaron uno de los cargos más importantes de su carrera, recordó aquella casa de adobe y techos de zinc en la que leyó por primera vez a su ídolo Stephen Hawking.
Desde que era chico le asombraba el espacio. Desarmaba todos los juguetes porque quería saber cómo estaban formados y qué tenían dentro. De a ratos, se aburría y cuando terminó la primaria ya tenía 50 libros de literatura universal leídos. Hace diez años ingresó a la Universidad de Oxford como profesor de Física Matemática luego de un brillante camino académico en el que investigó y aportó conocimiento a la teoría de cuerdas.
Alday fue elegido entre cien candidatos a la cátedra Rouse Ball, un cargo vitalicio que solamente han alcanzado antes otras cuatro personas reconocidas en el ámbito de la ciencia. Su antecesor fue el emérito Roger Penrose, quien recientemente obtuvo el Premio Nobel de Física.
Fernando Alday habla con pasión de lo abstracto. Para él, la física y los números son su vida. “Uno de los problemas de la teoría de cuerdas es que es muy difícil de entender, porque las matemáticas que sirven para entenderla no han sido desarrolladas todavía”, le explicó Alday a PERFIL.
De una manera muy simplificada, esta teoría que estudia las interacciones entre partículas fundamentales sugiere que lo que en el campo de la física se llama materia, no es ni más ni menos que una frecuencia vibrando. Esto genera energía que hace, por ejemplo, que las personas sientan algo cuando tocan una superficie. Todo vibra, como las cuerdas. Para avanzar sobre este campo, el físico propone utilizar una herramienta conocida como “bootstrap” para llegar a entender la teoría de cuerdas. Por su parte, la mecánica cuántica y la teoría de la relatividad, a gran escala, ayudan a describir la teoría de cuerdas.
Si bien Fernando Alday nació en San Rafael, Mendoza, pasó su infancia en Arrecifes, al Norte de la provincia de Buenos Aires. En su adolescencia se mudó a Todd, un pueblo que no llega a los mil habitantes. Siempre quiso ingresar al prestigioso Instituto Balseiro en Bariloche, pero para ello estudió Física en la Universidad La Plata durante dos años en donde obtuvo las mejores notas. “Tuve mucha suerte de tener profesores y profesoras que veían este interés en mí y me recomendaban desde acertijos matemáticos hasta el libro de Stephen Hawking llamado ‘Una breve historia del tiempo’”, recordó Alday. Ese autor le cambió la vida: “Yo quiero hacer esto en serio”, se propuso.
Alday comenzó su carrera internacional con un doctorado en SISSA, Italia, luego de culminar la carrera en el Balseiro. Se incorporó a Oxford en 2010, después de realizar un posdoctorado en la Universidad de Utrecht en los Países Bajos y en el Instituto de Estudios Avanzados de los Estados Unidos, en donde trabajó con Juan Maldacena, otro argentino egresado del Balseiro. “Siempre supe lo que quería estudiar: quería hacer física de partículas y, dentro de la física de partículas, estudiar la teoría de cuerdas para tratar de entender las leyes fundamentales del universo. Eso yo lo tenía en claro y soy muy testarudo. Sabía que lo iba a hacer”, reconoce el argentino de 43 años.
Aún con un marcado acento rioplatense, el físico explica qué significa otra de las teorías que el universo no ha podido resolver: la de la suerte. “No me refiero a ganar la lotería, sino a una a estudiar toda tu vida pero que cada tanto se te abran ciertas puertas. Después está en vos aprovechar cuando esas oportunidades se abren”.
Ser catedrático en Oxford
Con casi un siglo de historia, la Universidad de Oxford reúne a académicos de todo el mundo. Fernando Alday trabaja desde hace diez años en el college de Hertford que es una de las 38 instituciones. “Uno vive todo el peso de la historia en la universidad que tiene la biblioteca más antigua del mundo occidental. Algunos de los colleges tienen 900 años: se mezcla lo antiguo y lo moderno”, se maravilla el físico.
A pesar de que ya lleva una década caminando por los pasillos de la universidad, Alday continúa sorprendiéndose en cada almuerzo: constantemente se encuentra con profesionales muy interesantes, desde poetas, médicos, economistas hasta los recientemente desarrolladores de la vacuna contra el coronavirus. Oxford nunca interrumpió las clases durante la pandemia. Los lectures son online, mientras que los tutoriales pueden ser en persona: “Ahora hay mucha menos gente”, compara.
La foto con su ídolo
“Todavía no caigo del todo”, dice Fernando Alday mientras sonríe a la cámara de la videollamada de la videollamada con PERFIL desde su oficina en Oxford. Ocupar este cargo por los próximos 26 años de su vida lo “enorgullece”, pero a la vez le hace sentir cierta presión. Caminar por esos pasillos es para él, que ayudó a su padre a construir la casa en Arrecifes, un lugar en el que siempre fue “bien recibido”. Una de sus mayores ilusiones fue ver a su ídolo Stephen Hawking en la ciudad universitaria y le pidió una foto. Ese día también estaba el emérito Roger Penrose y los tres disfrutaron de ese momento de gloria. “Para mí poder verlo ahí y poder hablar con él después de haber leído sus libros fue una cosa increíble”, dijo. “Oxford es un lugar muy internacional, siempre fui bien recibido y nunca me han hecho sentir como que estoy fuera de lugar. Es un espacio que le da la bienvenida y está abierto a todo el mundo. Es un orgullo enorme”, reconoció.
“Haría cualquier cosa por la ciencia argentina”
Si bien no piensa por ahora en volver a la Argentina de manera definitiva porque tiene una responsabilidad por delante, Fernando Alday reconoció que “hay muchas personas y academias valiosas” en el país. “Desde un punto de vista científico creo que siempre ha tenido y sigue teniendo un enorme potencial”, expresa el catedrático de Rose Ball y agrega: “Hay muchos científicos argentinos que son muy conocidos a nivel mundial y espero que siga manteniendo esa tradición de formar científicos muy buenos”, augura.
La Argentina “tiene lugares como el Balseiro, como la UBA, la Universidad de La Plata que han sabido producir gente muy profunda y esa es una tradición muy buena”, explica. “Siempre estoy en contacto con científicos argentinos y cualquier cosa que pueda hacer por la ciencia argentina, por supuesto, que la haré. Siempre hay que reconocer a la gente que te ha ayudado”, concluye.
Fernando Alday es el primero de tres hermanos. Nació en San Rafael, Mendoza, el 17 de octubre de 1977. Tiene dos hijos y en sus ratos libres disfruta jugar al rugby con ellos y participar de partidas de ajedrez.
CI/FeL (Fuente www.perfil.com)